La Comisión Europea ha publicado el informe EU Agricultural Outlook en el que analiza las principales tendencias que marcarán el sector vitivinícola a lo largo de la próxima década, hasta 2030.

Una de las principales conclusiones de este análisis es que la agricultura seguirá desempeñando un papel preponderante en la Unión Europea, al igual que los consumidores que, en términos globales, serán más exigentes con los productos que consumen, dando un impulso a productos locales, orgánicos u otros
certificados.

Asimismo, los avances en la gestión y la tecnología, como la agricultura de precisión, conllevarán un incremento de los rendimientos, lo que compensará la presión del cambio climático y los compromisos ambientales.

CINCO TENDENCIAS

Estas son las cinco tendencias que la Comisión Europea prevé para la próxima década en el sector del vino:

1.- LA PRODUCCIÓN REPUNTARÁ A PARTIR DE 2019

Se espera que la producción total de vino y el uso doméstico de la UE se estabilicen después de una década de disminución. Durante el período analizado, se apunta a una ligera reducción en el consumo humano en la UE de vinos y productos producidos mediante destilación de vino, como los brandies.

La Comisión Europea recuerda que Italia, Francia y España representan más del 80% de la producción y confía en que el consumo per cápita en 2018/2019 repunte, alcanzando un promedio de 26 litros per cápita. A este respecto, indica que con importaciones y exportaciones estables, las existencias deberían ser tres millones de hectolitor más altas al final de 2018/2019.

2.- BODEGAS GRANDES

Aunque el número de bodegas de vino ha disminuido significativamente en comparación con 2005 (-22%), el área para la producción de vino ha decrecido solo ligeramente (-3%), en particular debido a la reconversión de viñedos viejos.

El vino se produce cada vez más en las bodegas grandes. Este proceso de concentración es más fuerte en Italia y Alemania. En esos países, el número de agricultores se redujo significativamente (-40% y -38%, respectivamente) al tiempo que las tierras agrícolas utilizadas para la producción de vino aumentaron (+16% y +2%). En línea con este proceso, la proporción de fincas pequeñas (menores de 5 ha.) se redujo en Italia y Alemania durante la última década, mientras que la proporción en Francia y España se mantuvo estable en el 45%.

3.- CONSUMO ESTABLE

Asimismo, se prevé que el consumo per cápita anual se estabilice en 25,3 litros hacia 2030 gracias al aumento de la popularidad de los vinos espumosos y más ligeros y también al incremento del consumo de vino impulsado por el crecimiento económico en los Estados miembros de Europa oriental.

Además, estos dos factores contrarrestarán en parte la disminución del consumo en la mayoría de los demás países de Europa debido, entre otras cosas, a las advertencias sanitarias.

Por su parte, el uso doméstico total se contraerá debido a una mayor disminución en el uso de la producción vinificada para la destilación en brandies o la transformación en productos procesados, por ejemplo.

4.- CRECERÁN LAS EXPORTACIONES

Las exportaciones de vino, en crecimiento durante los últimos diez años, han venido impulsadas, según el informe, por la fuerte demanda de vinos espumosos y vinos con indicación geográfica.

Las exportaciones de vinos tranquilos embotellados de la UE aumentaron un 11% en el último lustro. Mientras, las de vino espumoso representaron el 14% de las exportaciones de la UE en 2017/2018.

Por ello, la previsión es que la cuota de mercado de estos tipos de vino aumente aún más en la próxima década en detrimento de la exportación de vinos a granel. En contraste, se espera que crezca la proporción de vinos a granel en las importaciones de vino de la UE, lo que hará que sea el principal contribuyente al ligero aumento de las importaciones en 2030 (+7%).

A pesar de las posibles tensiones comerciales, incluso con los Estados Unidos, se espera un crecimiento sostenido de las exportaciones de la UE en el período analizado (+1,6% por año) hasta los 27 millones de hl en 2030.

5.- AUMENTARÁ EL VINO ORGÁNICO

La viticultura orgánica de la UE ha mostrado un crecimiento significativo en los últimos siete años y España ha mostrado el crecimiento más fuerte, ya que la proporción de viñedos orgánicos aumentó del 5% en 2010 al 11% en 2017.

Mientras que, según las fuentes del mercado, una gran parte del vino orgánico producido en Francia se consume a nivel nacional, el vino orgánico producido en España e Italia se exporta, principalmente a Alemania.

La Comisión Europa espera que la producción de vino orgánico continúe creciendo hasta 2030, aunque esto dependerá, entre otras cosas, de las alternativas al cobre (y su costo) que se desarrollarán para luchar contra el moho.